lunes, 28 de noviembre de 2011

CONCENTRACIÓN CADA MARTES

Como cada Martes nos seguimos concentrando para exigir la libertad inmediata de nuestros tres compañeros encarcelados en Niza. 
Este martes con más fuerzas que nunca y esperanzas de que sea la última concentración, que el próximo martes estén con nosotr@s en casa, ya que el nuevo juicio al que se enfrentan donde la fiscalía no conforme con esta sinrazón pide aumentar las penas, será este mismo miércoles 30 de noviembre en el tribunal de Aix le Provence. 
¡¡ADRI, URME, MIGUEL NO ESTAIS SOLOS!!
¡¡Mucho ánimo!! 

Recordamos las concentraciones, esta vez Barcelona y Salamanca también se suman. Como todos los martes serán:

LOGROÑO 
a las 20h frente a la Delegación de Gobierno

IRUÑA 
a las 20:30h frente al Parlamento de Navarra

BARCELONA 
 a las 19:30h frente al Consulado francés.
(Ronda de la Universitat 22)

SALAMANCA
la concentración será el JUEVES 1 de Diciembre
a las 18h frente al Consulado francés
Organiza CNT Salamanca


 OS QUEREMOS FUERA ¡¡YA!!

Comunicado del Grupo de Apoyo de Iruña

El próximo 30 de noviembre a las ocho de la mañana, nuestros compañeros Adri, Miguel y Urme volverán a ser juzgados en el tribunal provincial de los Alpes Marítimos, ubicado en Aix le Provence. Esta nueva vista corresponde a la apelación interpuesta por el fiscal al día siguiente de celebrarse el juicio ya que, a su parecer, la sentencia dictada por la jueza resultaba insuficiente. La petición actual es de 8, 10 y 5 meses respectivamente. En caso de que ganen, o dicten la misma sentencia, volverán a ser trasladadxs a la prisión de Niza desde la que serán puestos en libertad.

Recordamos que el pasado 1 de noviembre nuestros amigos fueron detenidos en un control en la ciudad de Niza varias horas antes de la manifestación convocada por la contracumbre del G-20. Tras pasar un día arrestados en la Gendarmerie, y sin informar a la familia ni concederles el derecho a una llamada para comunicar su situación, fueron conducidos a los calabozos del Palacio de Justicia. A las 13:30 horas tuvo lugar un juicio en el que no se juzgaron hecho sino ideologías. Les preguntaron por sus convicciones políticas, participación en movimientos sociales… y, junto con las pruebas incautadas, diverso material de montaña y de trabajo, fueron condenados a cuatro meses de prisión y la prohibición de la entrada en la región de los Alpes Marítimos durante los próximos tres años por “tenencia y transporte de armas de sexta categoría (cualquier clase de objeto que pueda utilizarse de forma violenta) con tentativa de organizar actos violentos en contra de la integridad física de las personas”. De estos cuatro meses de condena, deben cumplir uno, ya que los otros tres quedan indultados como se expone en la legislación francesa.  

Y, por si fuera poco, se les ha privado del derecho a recibir visitas, tanto de familiares como de amigxs, de recibir o realizar llamadas, por lo que el correo es la única forma de contactar con ellos desde el pasado jueves 10 de noviembre, y se les ha imposibilitado la libertad provisional o bajo fianza.

Otra vez más, nos enfrentamos a un proceso basado en un montaje jurídico-policial, con el único fin de acallar las voces disidentes; voces para denunciar la ilógica de este orden mundial en el que presidentes y jefes de gobierno, junto con banqueros y ministros de finanzas, diseñan estrategias encaminadas a un desequilibrio aún mayor, si cabe, de la población mundial. Lejos de proteger la estabilidad financiera y económica global, tal y como se autoproclamó el G20, continúa in crescendo la dictadura de las fuerzas financieras sobre todos los aspectos de nuestras vidas: vivienda, empleo, agricultura, conocimiento, biodiversidad…

Tenemos que tener muy claro que el cambio no vendrá de la mano de la clase dirigente, y nos negamos rotundamente a que sigan siendo ellos quienes nos impongan medidas para solucinar la crisis que han creado. La solución reside en las luchas de resistencia diarias que se vienen realizando. Por eso, hoy más que nunca, tenemos la necesidad, la obligación de organizarnos para combatir su sistema, sistema que nos absorbe y pretende destruirnos. 

Ellos fueron privados de su libertad por querer manifestarse en contra del mercardo del capital y por el reparto de la riqueza. Nosotrxs también podíamos haber corrido con la misma suerte por reivindicar un nuevo orden mundial.  Porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones.

¡¡Libertad incondicional para los encausados!!
       ¡Los queremos en casa, los queremos en las calles! 
 


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